Creo
firmemente que la energía más poderosa que tiene el ser humano es la energía
sexual. Esta categórica afirmación que suscribo, unida a mis divagaciones sobre
el poder que ejercemos sobre nuestro partenaire cuando a través del sexo le
damos placer, llevo a un amigo a recomendarme que investigara sobre las
Tigresas Blancas. Y sólo puedo decir que se ha convertido para mí en un tema
fascinante.
Las Tigresas
Blancas buscan el equilibrio y el camino hacia la perfección física y mental a
través de la felación. Cuantas más felaciones lleven a cabo más cerca estarán
de la eterna juventud y la perfecta espiritualidad. Su colectivo está integrado
únicamente por mujeres y puede que existan en el mundo taoísta chino desde el
s.VI a.c. Se separan de la tradición taoísta clásica ya que el sexo taoísta busca que el acto sexual produzca energía para ambos, en cambio las Tigresas Blancas se nutren de la energía de los hombres para sus propios fines a través del sexo oral, procurando a
los hombres, eso sí, placer. Su condición de sociedad secreta deja muchas dudas
sobre su realidad diaria pero se afirma sobre ellas que a través de las
felaciones consiguen rejuvenecer entre 5 y 15 años.
Son mujeres que cuidan su aspecto ya que han de
ser seductoras y gozar de salud para atraer al máximo número de hombres
posibles, los llamados “dragones verdes”, a los que practicar las felaciones.
Respecto al resto de prácticas sexuales se afirma que pueden realizarlas, pero
no con la asiduidad de la felación y que normalmente las reservaban para su “dragón
de jade” o mecenas. Su condición y
dedicación les impide trabajar, de ahí la necesidad de buscar un “dragón de
jade”.
El libro
escrito por Hsi Lai "Enseñanzas sexuales de la tigresa blanca: los secretos de las maestras taoístas" (Ediciones Obelisco) nos sumerge en los protocolos que las mujeres han de seguir para introducirse en esta disciplina y escalar socialmente. Los datos para escribir el libro los obtuvo Hsi Lai de Madame Lai, una de las matriarcas más reconocidas de esta sociedad. "Las enseñanzas sexuales de la Tigresa Blanca se centran en la mujer, siguiendo las antiguas tradiciones de las cortesanas y buscadoras taoístas. Las traducciones de las antiguas enseñanzas, que datan de hace unos tres mil años, contienen explicaciones sobre cómo absorber la energía sexual masculina, intensificar el orgasmo, recuperar la belleza, recobrar la energía sexual de la juventud e infundir vida a los órganos sexuales".
Hola Mar, he trobat el teu blog per casualitat navegant per aquest mar d' internet. M'agrada molt el que dius i com ho dius, principalment l'entrada del "Madurs i Imperfectes", serà perquè jo ja sóc un d'aquest madurs. M'agradaria molt poder conèixer-te, per mantenir un diàleg intel·ligent amb una princesa tan preciosa com tu. No soc de Barcelona, però quan pugui fer una escapada segur que et trucaré. M'han agradat molt les teves fotografies (estàs per menjar-te). Mentrestant em conformaré seguint el teu blog. Una abraçada i molt de petons d'un nou admirador
ResponderEliminarJordi (Girona)
Muchas gracias por tus palabras Jordi. Me alegro que mis textos te hayan gustado. Mi teléfono es el 644281934, para que no pierdas el tiempo buscándolo ;) Petons
EliminarDulce Mar, paseando por sexomercadobcn me tropecé con unas hermosas piernas y caí a tu rincón donde hablas de las “tigresas blancas”. Al principio tuve la sensación de estar leyendo a J. L. Borges pero la sorpresa fue grande cuando, al leer la cita, descubrí que eras tú y no Hsi Lai quien sonaba como él.
ResponderEliminarFue tal cual la magdalena de Proust, me encontré de repente allá lejos y hace tiempo (1969) en una clase de Antropología. Había deslizado, subrepticiamente, la mano derecha hasta apoyarla en el banco de madera para así rozar el jean “piel de melocotón” –última moda de entonces- que cubría, de modo elástico e indecente, otras piernas casi tan hermosas como las tuyas. Pero la voz del profesor me distrajo al decir: “…los integrantes de la tribu estaban convencidos de que a lo largo de toda su vida un hombre sólo podía eyacular el semen que hubiese acumulado en la juventud, ingiriéndolo directamente de su fuente. Se establecía así, desde los diez hasta los veinte años, una dura competición para apropiarse de las reservas existentes. Intentaban convencer, seducir, comprar, robar y, si todo fallaba, no dudaban en amenazar o usar la violencia para obtenerlo” . Recuerdo haber pensado que había algo hermoso en esas mamadas encadenadas, en ese creer que sólo es posible dar el placer que obtuve dando placer… Algo así como la repetición de una greca custodiando la transmisión del goce de generación en generación. (Aunque ahora me pregunto ¿cómo jugaban las mujeres en ese partido? ¿Pero acaso sé, de verdad, cómo juegan ahora?)
Temo verificar la información en San Google (¿Malinowski?), me parece que tendría que darle la razón a T. S. Eliot para quien todo recuerdo es un mixing memory and desire.
Un beso dulce mar, aunque sea casi un oxímoron, me despido de ti con la dudosa pretensión de ser el tío que te ha dicho “por favor, hazme un francés” del modo más sinuoso. ¿Hace falta que te diga que no me olvidaré de pasar por caja?
Para que se cumplan sólo tienes que llamar y a tus deseos les cegará la realidad más sublime. El placer del deleite humano digno de dioses.
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