martes, 29 de abril de 2014

Idioma y lenguaje

(Reflexiones en el día Internacional de la Danza)


La gente dice de mí que soy  una persona comunicativa, cercana y buena conversadora. Pero en la intimidad las palabras me sobran. El lenguaje corporal impera y es él a través del que me expreso. Escucho a tu cuerpo y al mío. Me dejo guiar por ellos y así responder a las señales del deseo que nos llevan al placer.

La danza me ha permitido conocer mi cuerpo y poder expresarme a través de él. Mi cuerpo es capaz de comunicar mucho más que mis palabras. Cuando las palabras se me quedan cortas mi cuerpo llena un espacio que ninguna otra forma de expresión es capaz de llenar.

Las lenguas o idiomas se aprenden. Como cualquier disciplina la danza también se aprende. Pero la capacidad de expresarse a través de ella reside en cada uno. Esa capacidad unida a las herramientas que la práctica de la danza me ha dado, hacen que me sobren las palabras.

 En la intimidad la sensibilidad aflora y los sentidos se agudizan y es allí donde consigo la máxima expresión de mi ser, ya sea interpretando una pieza de Debussy o tu lenguaje corporal.

Comunicarse no es lo mismo que hablar. El idioma del sexo se aprende. La interpretación del  lenguaje corporal llega mucho más lejos que el idioma del sexo. Éste es el mismo sea cual sea la lengua en que te expresas verbalmente pero, al menos,  gracias a él  hablamos el mismo idioma.

Ahora sólo nos falta compartir el mismo lenguaje.


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